El tenor ofrecerá mañana en Vilches el recital Venid a Belén. En espera de los Reyes Magos, principal acto del Reencuentro de Aguilanderos que se celebrará, a las nueve de la noche, en la parroquia de San Miguel Arcángel. De la tradición del aguilando vilcheño hay datos que se remontan al siglo XIV.
Julián López Rodríguez un buen día hizo las maletas y se marchó a Madrid a vivir el sueño de su vida: convertirse en brillante cantante de ópera. Hoy, con veinticinco años de carrera en el mundo de la lírica, vuelve a su tierra natal para presentar un proyecto el que ha puesto el alma, el corazón y sus recuerdos. Incluye un recital lírico y un homenaje a los viejos y nuevos aguilanderos. Todo un acontecimiento que se espera en Vilches con ilusión.
—¿Se siente profeta en su tierra?—No quisiera ser un profeta en mi tierra, mejor ser un servidor que promueve y engrandece los valores de mi pueblo.
—Regresa a Vilches con un proyecto cargado de emoción y buenos deseos ¿En qué consiste? —Venid a Belén. En espera de los Reyes Magos, es una obra musical, teatral y lírica para Navidad. Está inspirada en la composición de José Manuel Adrán, quién recopiló en un cancionero navideño melodías y villancicos de relevantes autores de la literatura española. Entre ellos se destacan Lope de Vega, Juan de la Encina, Jacinto Verdaguer, Eduardo Marquina, Santa Teresa de Jesús y otros más. En sus letras se puede apreciar tanto el relato fantástico que rodea a la Navidad, como la picaresca de algunos sucesos mágicos que envuelven las acciones sencillas de los personajes del pesebre. Esta es una obra lírica, para disfrutarla en familia, o con amigos. Es una música que anima el espíritu tradicional de la Navidad, introduciendo al espectador en la vivencia del Belén, en las experiencias de sus personajes, en los sentimientos sencillos de los pastores, en la conmovedora fragilidad y esperanza del Niño de Belén que nace para todos. Venid a Belén es también una obra participativa, a modo de musical, que se abre a la expresión espontánea de los espectadores, que se animarán a lo largo del concierto a corear las canciones del repertorio.
—¿Cómo vive Vilches este acontecimiento musical?—Vilches se convertirá en el Belén que espera a los Reyes Magos y al son de aguilandos cantará al Niño que ha nacido. Se preparan alrededor de un centenar de niños vestidos de ángeles y pastores que participarán en el espectáculo. Este concierto ha sido pensado para homenajear a los hombres y mujeres que han conservado de generación en generación los maravillosos y sentidos aguilandos de Vilches.
—¿Cómo están respondiendo los vilcheños a este reto?—Dicen que hay un momento para todo y ha llegado el del homenaje. Todos vamos a arropar a los aguilanderos para que no se sientan olvidados, solos, porque su cante tiene magia y verdad. Este es el momento de decirlo y de aprender de ellos en este primer “Reencuentro de Aguilanderos”, un acontecimiento que pienso repetir todos los años.
—¿Qué mensaje quiere lanzar?—Decirles a todos, sal de tu casa vilcheño y rinde homenaje a quienes han conservado y mantenido este cante durante siete siglos. Que cojan la bandurria, el laúd, el cántaro o el almirez y canten.
—El aguilando vilcheño es parte de su niñez y de sus recuerdos.—Efectivamente. He sentido cantar a mi padre y a mis tíos los aguilandos desde la cuna. Un cante y una tradición que quiero que hereden mis hijos.
—Ya lleva un cuarto de siglo en el mundo de la lírica. Ha llovido mucho en ese tiempo. —Pues sí. Recuerdo como mi familia y mis amigos me animaron cuando con doce o trece años cantaba rancheras e imitaba a Plácido Domingo y a Carreras que hoy son mis referentes. Mi gran maestro Antonio Núñez me ayudó mucho con las clases de solfeo que impartía en su casa, cuando venía de trabajar. Le agradeceré toda la vida sus ánimos. Y mis padres hicieron todo lo que estuvo en sus manos para que yo pudiese realizar mi sueño.
—¿Cuáles son sus principales registros como cantante?—Mi voz es la de un tenor lírico ligero, ideal para cantar Mozart, Bellini, Donizetti o Rossini. Y respecto a la música que me gusta interpretar el bel canto es mi pasión. Es una música que llega al corazón y se canta con el alma. Me identifico mucho con ella. También me gusta la música popular que refleja la vida y los sentimientos de los pueblos.
—¿Qué montaje operístico le ha marcado más profundamente?—La Traviata de Verdi, porque fue la primera opera en la que trabajé, con tan sólo 17 años, en El Gran Teatro de Córdoba, y Aída, también de Verdi, por la grandiosa puesta en escena de Hugo de Ana en el Teatro Real.
Andrés Torres / Vilches
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